Las Salinas de Calasanz

Las Salinas de Calasanz, mucho más humildes que las de Peralta, se explotaban desde tiempos remotos siendo su data conocida más antigua del año 1090; su explotación perduró durante siglos, hasta que en 1708 Felipe V decreto su cierre y creó el monopolio de la sal beneficiando a las de Peralta, más extensas y productivas. Ya bien entrado el siglo XX, se reinició su explotación, que duró hasta que se hizo inviable por su baja rentabilidad.