Peralta de la Sal

Situada en la parte alta de la Litera, en las inmediaciones de la Sierra de la Carrodilla, rodean a esta villa unos impresionantes paisajes de olivos y almendros, unas bonitas sierras de monte bajo, y los bosques de pinos y encinas a orillas del río Sosa.

En el pueblo encontramos calles entrañables con numerosas casas señoriales que constituyen un auténtico vestigio de una época de esplendor de la zona marcado por la explotación de la sal, tal como ilustra su nombre.

El topónimo de Peralta de la Sal aparece en la documentación medieval como Petra Alta por su situación al pie de una gran roca.

El territorio donde está enclavada Peralta era pretendido, entre otros poderes, por los catalanes, quienes llegaron a cercar a finales del siglo XI la vecina villa de Calasanz, tenencia aragonesa que ostentaba Fortún Dat. Los ataques de los catalanes partían desde el castillo de Momegastre, enclavado en el término de Peralta, pero estas tentativas fueron rechazadas por las tropas de Pedro I.

Finalmente, Peralta fue entregada como honor a los condes de Urgel, quienes la detentaron hasta el siglo XIII, cuando el vizconde de Cabrera arrebató todo el condado a doña Aurembiax, último miembro de la casa de Urgel. Desde 1234 quedó vinculada a la familia de don Ramón de Peralta, en cuyo poder estuvo hasta el siglo XIX. Eclesiásticamente la villa dependió desde el siglo XII de los canónigos de Solsona.

Durante la guerra civil española en este municipio fueron asesinados todos los escolapios de la comunidad, al frente de los que estaba el Padre Dionisio Pamplona Polo.

Desde 1970 forma mancomunidad con Calasanz, Gabasa y Cuatrocorz, formando entre las 4 poblaciones el municipio de Peralta de Calasanz, existente solo a nivel administrativo.

Fiestas

  • Feria de Reyes, último o primer domingo del año: con paradas de productos artesanales y gastronómicos de la zona.
  • Festividad de Santa Águeda, 5 de febrero o el sábado más próximo: las vecinas elaboran los tradicionales “panadons” de espinacas, calabaza y canela con los que se obsequia a todos los asistentes.
  • Semana Santa: jornadas culturales organizadas por la Asociación Castell de la Mora.
  • Fiestas Mayores en Honor a San José de Calasanz, el 25 de agosto; aunque las fiestas se alargan unos días por delante o por detrás del 25 dependiendo de cómo caiga la semana. Cabe destacar la tradicional ofrenda floral al santo, la carrera pedestre (Memorial Ricardo Laplana) a la que asisten atletas de élite.
  • Romería tradicional en honor a la Virgen de la Mora, 8 de septiembre (o sábado más próximo).