Ya en un censal de 1627 se nos habla de la partida de San Roque, que se sitúa al suroeste del pueblo envolviendo como una loma y coronada por esta ermita.
Es una obra del siglo XVII en honor al santo protector de pestes y plagas que antaño asolaban estas tierras; la ermita ha sufrido los avatares de las guerras y del tiempo llegando a hundirse su bóveda, ya entrado el siglo XX, y quedando en desuso y abandonada.
El empeño de los vecinos hizo que de nuevo se pusiera en pie en el año 2003, recuperando la romería que se celebra el 16 de agosto, día de San Roque.